La dimisión
del Diputado Local Jesús Alejo Orantes Ruiz, al cargo de Coordinador de la Fracción
Parlamentaria del PRI en la presente LXV Legislatura, obedece más a una postura
firme del congresista de no prestarse a los intereses personales de Roberto
Albores Gleason, Senador y Presidente del Comité Directivo Estatal de dicho
partido, quien cabildeó con el resto de los diputado priistas la aprobación de
la cuenta pública del gobierno anterior que dejo al estado de Chiapas en bancarrota,
que a como lo dio a conocer esta bancada de que fue un consenso general y que manifestaron
en una carta
dirigida a la presidencia del Congreso del Estado, con fecha martes 12 de
noviembre, “su apoyo total para que el diputado Roberto Aquiles asuma la coordinación
y dirija en adelante los trabajos que vienen desempeñando para mejorar la calidad
de vida de los chiapanecos”; en este sentido, el diputado cañero se fue porque
quiso y no fue defenestrado como lo quieren hacer saber a la opinión pública.
Y es que las discrepancias suscitadas entre Orantes Ruiz y Albores Gleason,
están cimentadas en un personaje siniestro para la vida política en Chiapas que
tiene nombre y apellido: Juan Sabines Guerrero; puesto que el primero ha manifestado
una actitud crítica y mordaz contra el ex gobernador, desde la curul que ocupa
en el congreso y que se puede comprobar en la declaración en tribuna que hizo
el 4 de diciembre del 2012, en la que textualmente expresa “deja un Chiapas en
la pobreza, Pablo Salazar lo deja en la pobreza y Juan lo deja en la miseria y
con una deuda criminal de pagarlos en más de 20 o 30 años, quedan los
chiapanecos sin trabajo, sin nada, con proyectos fracasados como el biodiesel
en donde es uno de los fracasos más grandes que ha tenido Chiapas lo mismo que
las ciudades rurales, lo digo porque nadie se atreve y nadie tiene valor”; el
segundo ha mostrado una obediencia servil y lacaya en las reuniones que ha sostenido
en Acapulco con éste, con la finalidad de obtener lo que tanto anhela: la
gubernatura del estado de Chiapas.
Con su
renuncia, el también líder campesino demuestra su congruencia política entre el
decir y el hacer ya que prefiere ceder su cargo y no traicionar a su partido, a
ser partícipe de acuerdos entre diputados que el mismo Sabines dejó incrustados
en diversos partidos políticos que conforman el actual poder legislativo y que desean
pagar las facturas políticas soslayando el latrocinio perpetrado a las arcas
del Estado.
Jesús Alejo,
es de esos personajes que no pertenecen a esa fauna política que van tras el
dinero, ven por sus intereses personales, lambisconean, se arrastran y
traicionan para obtener lo que desean en detrimento del bienestar del pueblo; y
con este acto lo refrenda una vez más, aunado a que es el único diputado de la
actual legislatura que dona su salario mes a mes a los sectores más necesitados
de Chiapas.
Aunque la
opinión de algunos periodistas sea que es un político de bajo perfil, la
realidad es que es de los pocos políticos que apoya a la gente y a veces hasta
con su propio dinero, lo cual ningún político, que se digne de serlo, hace y
eso en ningún medio de comunicación se difunde; basta con darse una vuelta al
congreso para observar que su oficina es una de las más saturadas a diferencia
del resto de los diputados que son un tamo frente a la figura de Jesús Orantes;
entonces ¿cómo puede ser un político de bajo perfil si es necesitado
constantemente por el pueblo?
En
contraste, Roberto Albores Gleason simboliza el oportunismo, la traición, el entreguismo y la
manipulación; y eso se ha garantizado al ser el orquestador junto a su padre
Roberto Albores Guillén de derrotas en el pasado contra el mismo PRI. Es, en
palabras de otro priista, el diputado federal Willy Ochoa, “hijo del traidor más
grande en la historia del PRI en Chiapas, el ex gobernador Roberto Albores
Guillén, quien después del proceso electoral de 2006 fue expulsado de las filas
del PRI por apoyar la campaña del candidato opositor a nuestro partido”.
Gracias a esas traiciones, el “junior metrosexual” fue
premiado por Juan Sabines con las Secretarías de Economia y de Turismo y con la
dirigencia del PRI estatal, que mantiene en la inoperancia política, y que se
puede comprobar en cualquier municipio del estado que varios comités municipales
están prácticamente cerrados, sin personal trabajando, sin activismo político,
lo cual significara el desastre de este partido en futuras elecciones. Sin
embargo, el agua ya le comienza llegar al cuello a Albores puesto que sumado al
problema con el diputado local Orantes, se encuentra la inconformidad del
diputado federal Willy Ochoa y de connotados priístas que harán todo lo
necesario para destituirlo como líder del PRI estatal y de ser posible que no
llegue a gobernador del estado.
No se sabe a ciencia cierta qué pasará en el escenario
político futuro, pero lo que sí se sabe categóricamente es que Albores Gleason
se ganó de enemigo a un personaje político poderoso, con un gran arrastre de
masas campesinas, como lo es Jesús Alejo Orantes Ruiz.